En el Día Mundial de los Océanos (8 de junio), es hora de celebrar nuestro océano y abogar por hacer todo lo que esté en nuestra mano para protegerlo. Siga leyendo para descubrir siete razones por las que el océano es tan vital.
Nos da literalmente el aire que respiramos
El océano, y más concretamente el fitoplancton, es responsable de cerca del 50% del oxígeno que se produce en el planeta.
El fitoplancton son plantas microscópicas que viven en la superficie de los océanos y lagos, arrastradas por las corrientes. Su funcionamiento es muy similar al de las hojas de los árboles en tierra: absorben dióxido de carbono y liberan oxígeno.
El fitoplancton y el océano son literalmente nuestra forma de respirar y mantenernos vivos.
Regula nuestro clima
El océano, que cubre el 71% de nuestro planeta, desempeña un papel vital en la regulación del clima y la mitigación de los contaminantes (aunque, por supuesto, deberíamos reducir los contaminantes en primer lugar y frenar el cambio climático).
El océano es el mayor sumidero de carbono del mundo (absorbe CO2) y absorbe más del 90% del exceso de calor del sistema climático, lo que ayuda a regular las temperaturas en tierra. También distribuye calor, sal y organismos a través de sus corrientes.
El impacto del cambio climático en la salud de nuestros océanos es cada vez más evidente. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha constatado que tanto la temperatura de la superficie terrestre como la de los océanos se han calentado, el hielo marino del Ártico ha disminuido, el nivel del mar ha subido, los océanos se han vuelto más ácidos y también han disminuido los niveles de oxígeno.
Las ballenas y los delfines, así como otras criaturas marinas, contribuyen de forma vital al almacenamiento a largo plazo de carbono en las profundidades marinas y a estimular la absorción de CO2 de la atmósfera.
Cuando los mamíferos marinos (especialmente las ballenas barbadas) migran, excretan nutrientes al océano. Esencialmente, transfieren estos nutrientes de las ricas zonas de alimentación donde han pasado meses a las zonas de reproducción, a menudo más pobres en nutrientes, a las que se han trasladado.
Los nutrientes ayudan a estimular el crecimiento del fitoplancton, que es vital para nuestro océano y nuestro planeta.
Las investigaciones también demuestran que algunas ballenas, como los cachalotes, acercan a la superficie grandes cantidades de hierro a través de sus excreciones. El hierro provoca un aumento de la población de plancton, lo que beneficia a todo el ecosistema.
Puede obtener más información en nuestro blog Cómo ayudan las ballenas y los delfines a proteger el clima.
Alberga más de 700.000 especies biodiversas
Desde el diminuto krill hasta la ballena azul y desde las algas hasta los arrecifes de coral, el océano alberga una enorme variedad de especies (se calcula que entre 700.000 y 1 millón) y es muy importante para la biodiversidad de nuestro planeta.
En el océano se desarrolla un delicado ecosistema, con cadenas alimentarias e interacciones/dependencias entre las especies. La interferencia humana y los efectos del cambio climático pueden fácilmente alterar y afectar negativamente a este delicado ecosistema.
Muchas especies marinas ya han adaptado su ubicación geográfica y sus comportamientos debido al cambio climático (sobre todo por los cambios en la temperatura del mar). Si no nos aseguramos de que nuestro océano se mantenga sano, desgraciadamente veremos cómo las poblaciones de algunas especies siguen disminuyendo e incluso pueden llegar a extinguirse.
Nos alimenta
El pescado representa alrededor del 15% de las proteínas animales que se consumen en el mundo y se calcula que el océano es la principal fuente de proteínas para más de mil millones de personas.
Para proteger nuestros océanos, debemos adoptar prácticas pesqueras sostenibles y evitar la sobrepesca. Consumir más proteínas de origen vegetal en nuestra dieta también ayudaría a reducir la demanda de pescado.
Se calcula que cada año se desperdician más de 10 millones de toneladas de pescado debido a las prácticas pesqueras destructivas. A menos que cambiemos nuestras costumbres, la UNESCO predice que más del 50% de las especies marinas del mundo pueden enfrentarse a la extinción en 2100.
Es importante para nuestro ocio
Gravitamos hacia el océano para divertirnos. Ya sea nadando, haciendo surf, navegando, buceando, observando ballenas o simplemente holgazaneando en la playa, estar junto al mar es una gran parte de nuestro tiempo de ocio y pasatiempos. También puede ayudarnos a formar nuevas comunidades y encontrar amigos igual de apasionados por disfrutar y proteger el entorno oceánico.
Crea oportunidades económicas y proporciona empleo
Ya se trate de empresas que envían sus mercancías a todo el mundo o de una escuela de surf que se instala en la costa, el océano ofrece muchas oportunidades beneficiosas para nuestra economía y para la creación de comunidades costeras. Las actividades relacionadas con el océano, como el turismo, la pesca, la navegación, las energías renovables y el transporte, también dan empleo a muchos millones de personas en todo el mundo.
La economía azul es un área de enorme crecimiento pero, por supuesto, es importante que las empresas lleven a cabo sus actividades de forma sostenible para que minimicen cualquier impacto sobre la salud de nuestros océanos.
Ayuda a nuestra salud y bienestar
Pasar tiempo junto al mar, sobre el mar o incluso inmersos en el propio mar puede aportarnos grandes beneficios para la salud.
En el siglo XVIII, los médicos empezaron a recetar una estancia junto al mar a quienes necesitaban un estímulo para su salud. Y muchos años después, las investigaciones actuales demuestran que estaban en el buen camino con sus consejos.
Por ejemplo, se ha demostrado que nadar en el mar es beneficioso para la piel, el sistema inmunitario y también tiene un efecto positivo en la salud mental.
También hay estudios que demuestran que sentarse a contemplar el horizonte marino y escuchar el batir de las olas es terapéutico y ayuda al cuerpo y a la mente a relajarse.