El delfín de lados blancos del Atlántico es una especie muy sociable, a menudo vista en grandes grupos de cientos de delfines.

Su nombre viene de una distintiva franja blanca en sus costados, que empieza justo debajo de la aleta dorsal y se convierte en una línea amarilla/ocre que sigue hacia la cola. El resto de su coloración es gris y pueden medir hasta 2.8 metros de largo.

Estos delfines son bastante robustos, con una aleta dorsal relativamente grande y un hocico corto (con el labio superior oscuro y el inferior blanco). También tienen un anillo negro característico alrededor del ojo que se extiende como una línea delgada hasta la mandíbula superior. Desde ese mismo anillo, una línea fina también va hasta su oído externo.

Aunque otros delfines suelen ser más exhibicionistas, esta especie es un poco más tímida en general. Sin embargo, se les puede ver realizando saltos impresionantes, golpeando con la cola, y ocasionalmente montando en las olas de los barcos.

Son nadadores ágiles y sociables con otras especies. Es común verlos junto a delfines de pico blanco, delfines nariz de botella, calderones y hasta cetáceos más grandes, como las ballenas jorobadas y las ballenas de aleta.

¿Dónde viven los delfines de lados blancos del Atlántico?

Estos delfines se encuentran tanto en aguas templadas como frías del Atlántico Norte, usualmente en el borde de la plataforma continental y en aguas de cañones. Como prefieren aguas más profundas, no se les ve tan seguido cerca de la costa.

Se cree que su hábitat cambia un poco dependiendo de la distribución de las especies que cazan.

Algunas de las costas alrededor del mundo donde se pueden ver son la costa este de EE.

¿Qué comen?

Los delfines de lados blancos del Atlántico comen una variedad de presas, como arenques, bacalao, caballa, camarones, merluza y calamares. Trabajan en grupo para acorralar a los peces y formar grandes bancos, donde es más fácil atraparlos.

A veces se les ve buscando restos cerca de los barcos pesqueros o en zonas donde se alimentan ballenas. En promedio, sus inmersiones duran menos de un minuto, aunque se han visto algunos que aguantan la respiración hasta casi cinco minutos.

Amenazas para los delfines de lados blancos del Atlántico

Enredos

Quedar atrapados en equipos de pesca es una de las principales amenazas para los delfines de lados blancos del Atlántico. Son especialmente vulnerables a enredarse en redes de arrastre de media agua de los barcos pesqueros.

El enredo puede causarles lesiones, fatiga, problemas para alimentarse y, a veces, incluso la muerte.

Cambio ambiental y contaminación

Los delfines de lados blancos del Atlántico, como otros cetáceos, usan el sonido para comunicarse y localizar a sus presas. El aumento de la contaminación acústica causada por embarcaciones y otras actividades humanas interfiere con esta capacidad.

El cambio climático y la contaminación son una amenaza para todas las ballenas y delfines debido a la pérdida de hábitat a medida que las aguas se calientan.

Los plásticos y microplásticos, junto con los contaminantes químicos, que entran en el sistema acuático son una grave amenaza para todas las criaturas de nuestro océano.

La caza

Los delfines de lados blancos del Atlántico son cazados en las Islas Feroe y Groenlandia. En septiembre de 2024, 130 ejemplares fueron sacrificados en una «grindadráp» en las Islas Feroe.

Puedes leer más al respecto en este artículo de OceanCare, que también menciona una gran matanza en 2021 cuando mataron 1,400 delfines de lados blancos del Atlántico en un solo día.