Ballenas que dejaron huella en el mundo: Migaloo
Imagen: Agencia de Protección Ambiental de Queensland
En nuestro segundo blog sobre ballenas que han captado la atención del mundo y el corazón de la gente, nos fijamos en la ballena jorobada Migaloo. Famosa por su aspecto totalmente blanco (es una rara jorobada albina), entró en la conciencia pública por primera vez en 1991.
Primer avistamiento
En 1991, un grupo de voluntarios realizaba un recuento de ballenas frente a Byron Bay, en la costa este de Australia. Imagínese su sorpresa cuando vieron por primera vez una ballena jorobada blanca a través de un telescopio a más de 5 km de distancia. Se tomó una foto a través del telescopio y, aunque resultó bastante borrosa, fue una foto histórica que capturó un momento único.
Dos años más tarde, los investigadores de la Pacific Whale Foundation se encontraron con Migaloo en Hervey Bay, Queensland, y pudieron confirmar que, efectivamente, era totalmente blanco. La Fundación pudo grabarle cantando (un rasgo distintivo de las jorobadas macho) en 1998.
En 2004, las pruebas genéticas de las células de la piel desprendida realizadas por el Centro de Investigación de Ballenas de la Universidad de Southern Cross confirmaron que Migaloo era, efectivamente, una ballena macho.
Es claramente identificable por su aspecto blanco, pero tiene otros rasgos físicos distintivos: su aleta dorsal es ligeramente ganchuda y las aletas de su cola tienen una forma particular, con bordes puntiagudos a lo largo de la parte inferior. Mide 15 metros de largo.
¿Cómo recibió su nombre?
Desde el principio, el público australiano y el resto del mundo se sintieron intrigados por esta inusual ballena. Necesitaba un nombre y se decidió que lo hicieran los ancianos del colectivo aborigen local de Hervey Bay.
Lo llamaron “Migaloo” o “amigo blanco”. En la cultura aborigen, el color blanco o albino de los animales demuestra la necesidad de respetar todas las formas de vida aunque parezcan diferentes a las “normales”. Y que hay que honrarlos con reverencia y respeto, no con discriminación y vergüenza.
¿Cómo es la vida de Migaloo?
La ballena, cuya edad se estima en 33-36 años, forma parte de un grupo de ballenas jorobadas que se alimentan en la Antártida durante el verano y el otoño del hemisferio sur (noviembre-mayo).
En el verano y la primavera correspondientes (junio – octubre), migran a lo largo de la costa oriental de Australia y luego se reproducen en las aguas cálidas cerca de la Gran Barrera de Coral.
Cada par de años se producen avistamientos de Migaloo en su tránsito por la costa australiana y también se le ha visto en aguas neozelandesas. Se le ha visto muchas veces con un amigo, una ballena jorobada macho conocida como Milo.
La legislación australiana protege a todas las ballenas jorobadas, pero Migaloo y otras jorobadas con más de un 90% de color blanco son “mamíferos marinos de gestión especial”, lo que les da una protección adicional. Los barcos no pueden acercarse a menos de 500 metros de ellas y el acceso en los cielos también está restringido. El incumplimiento de estas normas conlleva importantes multas.
Estas medidas son para asegurarse de que Migaloo no sea acosado o pueda lesionarse en una colisión con una embarcación, tal es el interés humano por verlo.
Antes de que se establecieran las restricciones, la ballena había colisionado con un trimarán en el norte de Queensland. Causó algunos daños en la quilla de la embarcación y en su timón, que la gente temía que se hubiera alojado en el lomo de la ballena.
Afortunadamente, se vio a Migaloo nadando libremente en aguas al norte de donde se produjo la colisión. Un examen posterior reveló que sólo había sufrido una leve herida en el lomo, a la derecha de la aleta dorsal.
Investigación sobre Migaloo
La Pacific Whale Foundation ha podido recopilar muchos datos sobre los avistamientos de Migaloo a lo largo de los años (sin el uso de marcas de radio, ya que es muy fácil de identificar). Esto ha ayudado a su trabajo de investigación sobre los patrones migratorios de las jorobadas en el Pacífico Sur.
El Centro de Investigación de Ballenas de la Universidad de Southern Cross, con sede en Australia, también ha recopilado importantes datos de investigación sobre Migaloo a lo largo de los años (especialmente a través del trabajo de Wally y Trish Franklin).
¿Es Migaloo la única jorobada albina del mundo?
Durante algunos años se pensó que Migaloo era la única ballena de su tipo en el mundo. Pero desde entonces ha habido avistamientos de ballenas jorobadas blancas a distancias considerables, lo que apoya la idea de que no es único (aunque algunos sostienen que es único en la costa oriental de Australia).
Se han documentado otras tres jorobadas blancas en el mundo (Bahloo, Willow y Migaloo Jr), lo que las hace extremadamente raras.
Migaloo Jr (también conocido como Chalkie) era una cría cuando fue visto en las Islas Whitsunday en Australia en 2011. Se le dio su nombre por su similitud con Migaloo, pero no se ha confirmado que sea su descendiente (solo las pruebas genéticas pueden demostrarlo).
El futuro de Migaloo
De media, las ballenas jorobadas viven entre 45 y 50 años, aunque pueden llegar a los 80 o 90 años.
En julio de 2022, surgieron temores sobre Migaloo cuando una ballena jorobada blanca muerta apareció en una playa de Victoria (Australia). Los funcionarios de Medio Ambiente pudieron analizar muestras de la ballena muerta y compararlas con las muestras que tienen archivadas de Migaloo, y pudieron determinar que la ballena no era Migaloo. Se encontró que era una ballena hembra subadulta.
A los biólogos les preocupa que Migaloo pueda desarrollar un cáncer de piel debido a los rayos UV del sol, algo a lo que es más vulnerable debido a su falta de pigmentación. En el pasado se han visto marcas rojas en su aleta dorsal, y se están vigilando cada vez que se le ve.
La última vez que se vio a Migaloo fue en junio de 2020, pero es bastante habitual que haya intervalos de dos o tres años entre los avistamientos, así que sólo el tiempo dirá cuándo volverá a aparecer.
Sin duda es una ballena querida por millones de personas, como demuestran las numerosas cuentas de redes sociales dedicadas a él. Y el hecho de que tiene su propio sitio web, donde la gente registra sus avistamientos de Migaloo.
Consulta el blog anterior Ballenas que dejaron huella en el mundo: Tokitae (Lolita)
Inmersión profunda...en los cachalotes
Todavía hay mucho misterio en torno a los cachalotes debido a que pasan gran parte de su vida en el mar, lejos de la tierra.
Aunque no es la especie de ballena más grande, el cachalote (Physter macrocephalus) tiene el mayor cerebro de todos los animales del planeta. También es la especie más grande de todos los cetáceos con dientes.
Por término medio, un cachalote macho llega a medir 16 metros de largo y una hembra 11 metros. El cachalote es de color gris oscuro y tiene un cuerpo en forma de torpedo con una piel arrugada, parecida a la de una ciruela. Su cola, de aspecto triangular, es claramente visible cuando el mamífero nada de cabeza en una inmersión profunda.
La cabeza del cachalote ocupa aproximadamente un tercio de la longitud de su cuerpo y tiene forma cuadrada. Tiene aletas dorsales cortas y redondeadas, y las aletas pectorales a ambos lados del cuerpo son también relativamente pequeñas y con forma de pala.
Junto con su cabeza en forma de bloque, el cachalote es fácilmente reconocible por su mandíbula, que contiene hasta 52 dientes en forma de cono en la mitad inferior de la boca.
Los cachalotes reciben su nombre del “esperma de ballena”, la sustancia cerosa que se encuentra encima y delante del cráneo (que era muy buscada por los balleneros comerciales para utilizarla en productos como lámparas de aceite y velas). No conocemos del todo la función de esta sustancia, pero los expertos creen que puede ayudar a la ballena a regular su flotabilidad y/o a enfocar el sonido.
El cachalote es probablemente más conocido por su representación en la novela de Herman Melvilledel siglo XIX Moby Dick. El escritor se basó parcialmente en una ballena albina de la época, llamada Mocha Dick, que vivía en Chile. Fue cazada por los balleneros y logró sobrevivir durante años y años, luchando con considerable ferocidad.
Duración de la vida
Por término medio, un cachalote puede vivir hasta los 70 años, aunque hay pruebas de que la especie vive más tiempo.
Los cachalotes viven en grupos matrilineales estables y complejos y a menudo se les ve en manadas de 15 a 20 ballenas. Los cachalotes machos suelen permanecer con el grupo hasta los 20 ó 30 años, momento en el que tienden a separarse. Las hembras suelen permanecer con el grupo más tiempo y forman “guarderías” para cuidar colectivamente de las crías y protegerlas del peligro.
Cuando los cachalotes nacen son bastante grandes. Miden, de media, cuatro metros de largo. Como no pueden realizar las inmersiones profundas que sí pueden hacer sus madres, se ocupan de ellos en las “guarderías” mientras la madre sale a buscar comida.
¿Dónde viven los cachalotes?
Los cachalotes habitan en las profundidades del océano y rara vez se ven a lo largo de las costas, excepto en las zonas donde hay fosas profundas o cañones submarinos a medida que se acerca a la costa. El cañón de Kaikoura, en Nueva Zelanda, es uno de esos lugares y constituye una importante zona de cría de cachalotes.
Estos mamíferos también se ven en cadenas de islas como las Azores, las Galápagos y las Canarias, y se ven en el Estrecho de Gibraltar, entre España y África.
En el Golfo de México vive una pequeña población de menos de 1.500 cachalotes. Los científicos han descubierto que se trata de una población distinta: su tamaño es menor que el de otras poblaciones de cachalotes (probablemente como respuesta a las limitaciones de sus fuentes de alimento) y utilizan combinaciones de llamadas diferentes a las de otras poblaciones de cachalotes.
Las migraciones de los cachalotes no se conocen tan bien como las de las ballenas barbadas, como las jorobadas. En general, las hembras y sus crías suelen permanecer en aguas tropicales todo el año y los machos adultos realizan largos viajes a aguas más cercanas a las dos regiones polares.
¿Qué comen?
Estas ballenas dentadas comen alrededor de una tonelada de alimento al día, alimentándose de grandes calamares (sobre todo calamares gigantes), peces, rayas y tiburones.
Esta especie pasa la mayor parte de su vida cazando a sus presas, sumergiéndose a gran profundidad para atraparlas.
Cuanto más se adentran los cachalotes en el océano, más limitada es la luz, por lo que utilizan sus afinadas habilidades de ecolocalización para encontrar a sus presas.
Los cachalotes suelen sumergirse a 1.000 metros de profundidad, aunque se han documentado inmersiones de hasta 2.000 metros y más (lo que implica aguantar la respiración durante unas 1,5 o 2 horas).
No es de extrañar, pues, que pasen tiempo recuperándose en la superficie y respirando mucho después de volver a emerger de una inmersión para alimentarse.
Población
Según la Sociedad Americana de Cetáceos, se creía que los cachalotes contaban con 1,1 millones de ejemplares en todo el mundo. Su población se vio diezmada por la caza de ballenas que tuvo lugar en el siglo XVIII hasta el siglo XX.
Eran un objetivo popular para los balleneros comerciales por varias razones: 1) el espermaceti (líquido ceroso contenido en sus cabezas que podía utilizarse para productos como lámparas de aceite, lubricantes, cosméticos y velas), 2) la grasa de sus cuerpos y 3) el ámbar gris.
Este último suele describirse como uno de los fenómenos naturales más extraños del mundo y sólo se da en los cachalotes. Es una sustancia que se forma alrededor de los picos de los calamares digeridos en el estómago de las ballenas. Se cree que se produce para proteger los órganos internos de los afilados picos.
El ámbar gris era muy apreciado por las perfumerías como ingrediente, por lo que era algo que los balleneros estaban ansiosos por adquirir y vender.
La caza de ballenas ya no es una amenaza para la especie y hay pruebas de que su población se está recuperando, aunque sigue siendo una fracción de su número anterior. Se calcula que ahora hay 360.000 cachalotes en todo el mundo. Sin embargo, es una especie difícil de obtener cifras exactas porque vive muy lejos en el mar.
Los expertos la consideran entre vulnerable y en peligro de extinción, dependiendo de la localidad en la que se encuentre.
Amenazas para los cachalotes
Choques con barcos
Todos los cachalotes son vulnerables a las colisiones con buques, que pueden herirlos o matarlos. No hay una gran cantidad de documentación disponible sobre choques con buques causados a los cachalotes, pero como el tráfico de buques en todo el mundo está aumentando, el riesgo de colisión aumenta con él.
Se cree que las colisiones con buques son una de las principales causas del declive de la población de cachalotes en el Mediterráneo y también podrían ser una amenaza para la supervivencia de los cachalotes en las Islas Canarias.
Ruido
La contaminación acústica subacuática, causada por los seres humanos, puede interrumpir y perturbar el comportamiento normal de las ballenas. Éstas utilizan el sonido para comunicarse, por lo que cualquier interrupción interfiere en esa comunicación y a su capacidad de captar señales en el entorno.
Enredos en artes de pesca
Al igual que otras ballenas, los cachalotes pueden enredarse en diferentes tipos de artes de pesca. Esto puede causar lesiones, fatiga, comprometer la alimentación e incluso la muerte. Una técnica que los cachalotes han desarrollado para retirar los peces de los artes de pesca de palangre puede, lamentablemente, contribuir a su enredo.
La depredación se produce cuando la ballena utiliza su larga mandíbula para crear tensión en la línea de pesca y esto hace que los peces se desprendan de los anzuelos. La ballena puede enredarse o lesionarse al tratar de liberar el alimento de esta manera. Más información sobre la depredación en este artículo de la revista Hakai.
Cambio ambiental y contaminación
El cambio climático puede provocar tanto la pérdida de hábitat (a medida que las aguas se calientan) como la falta de alimento para los cachalotes. Los cambios en la temperatura del agua pueden influir en el momento en que las ballenas reciben señales importantes, como el momento de partir para alimentarse o migrar para reproducirse.
El área de alimentación de los cachalotes es una de las mayores de todas las especies del planeta, por lo que se cree que es menos susceptible a la escasez de alimentos que otros tipos de especies marinas.
Los plásticos y microplásticos en el océano suponen una amenaza para las ballenas, junto con todos los demás mamíferos marinos y peces. Los contaminantes químicos que entran en el ecosistema acuático también suponen una grave amenaza para todas las criaturas de nuestro océano, incluidos los cachalotes.
Depredadores naturales
Los cachalotes no son regularmente el objetivo de los depredadores naturales, aunque se han observado orcas atacando a manadas de cachalotes. Se cree que grandes tiburones son depredadores ocasionales de crías de cachalotes
Se ha visto a las manadas formando círculos de protección contra posibles ataques, situando a las crías vulnerables o a las ballenas heridas en el centro de su formación defensiva.
Ballenas que dejaron huella en el mundo: Tokitae (Lolita)
Imagen: Fotografías y papeles de Wallie V. Funk, Center for Pacific Northwest Studies, Heritage Resources, Western Washington University, Bellingham WA 98225-9123
*Este blog fue actualizado en agosto de 2023
En los últimos 30 años, varias ballenas han captado la atención del mundo y el corazón de la gente cuando han aparecido en los titulares de las noticias. En una serie de blogs, echamos un vistazo a cinco ballenas que han causado un gran impacto y han creado debates en torno al cautiverio, la rehabilitación en la naturaleza, la conservación y el bienestar de las ballenas.
Nuestra primera historia se centra en una joven orca, conocida como Tokitae (o Lolita ),capturada en el estrecho de Puget (Estados Unidos) hace más de medio siglo.
Captura
La famosa captura de Penn Cove tuvo lugar el sábado 8 de agosto de 1970 cerca de Puget Sound, en el estado de Washington. Más de 80 orcas fueron obligadas a entrar en la cala, utilizando lanchas rápidas, redes y explosivos, y separando a las madres de sus crías. Las orcas, claramente traumatizadas, vocalizaban con fuerza (posteriormente salieron a la luz imágenes de vídeo de las brutales capturas).
Cinco ballenas se ahogaron en las redes y siete orcas fueron retiradas, vendidas y transportadas a varios parques marinos. Una de esas orcas era Tokitae, o Toki, de cuatro años de edad (que más tarde pasó a ser conocida por Lolita, el nombre artístico que se le dio).
Durante muchos años, ella fue la única orca sobreviviente de las siete capturadas aquel día de agosto. Pasó 53 años en cautiverio en el Miami Seaquarium, donde se estima que participó en más de 25,000 espectáculos.
Una vida que no podría ser más diferente de la que experimentó durante sus primeros cuatro años: nadando y buscando salmones en Puget Sound, rodeada de su unida unidad familiar.
Campaña
A lo largo de los años, los activistas constantemente aumentaron la conciencia sobre Tokitae y su difícil situación, especialmente el hecho de que vivía en el tanque de orcas más pequeño del mundo. Con 24 metros de largo y diez metros de ancho, su tanque era apenas cuatro veces su tamaño.
Se estima que habría tenido que dar alrededor de 600 vueltas para recorrer la misma distancia que una orca salvaje recorre en un solo día. Tampoco permitía un comportamiento muy normal de las orcas, como el de sumergirse.
Es posible que hayas visto las imágenes de un dron de 2014, ampliamente compartidas, que muestran el tamaño de su tanque; si no es así, echa un vistazo al vídeo de Drones for Animal Defense en YouTube.
Se plantearon preocupaciones sobre la salud de Tokitae, incluyendo sufrir quemaduras solares por estar expuesta al sol y tener problemas en los ojos y los dientes, por mencionar solo un par. Los activistas afirman que sufrió efectos mentales y conductuales debido al aburrimiento y el aislamiento; ella era la única orca en el Miami Seaquarium (su compañero orca durante 10 años, Hugo, murió en 1980). Algunos expertos afirman que ella se mantuvo en relativamente buena forma considerando la duración y naturaleza de su cautiverio.
Partidarios, incluyendo celebridades y comunidades indígenas, abogaron por su rehabilitación y liberación, y la campaña cobró impulso especialmente a partir de 1995.
La familia de Tokitae es un grupo de 43 orcas, conocido como la manada L, que pertenece al grupo de orcas residentes del sur de 88 ballenas. Fueron catalogadas como en peligro de extinción en 2005, una de las razones por las que el Miami Seaquarium argumentó en su momento que lo mejor para Tokitae era permanecer en su actual hogar.
En febrero de 2015, Tokitae fue incluida oficialmente por el Servicio Nacional de Pesquerías Marinas en la lista de especies en peligro de extinción del grupo de orcas residentes del sur.
Informe crítico
Un informe de 2021 del Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos citó graves problemas durante una inspección del Miami Seaquarium. Seaquarium. Estos incluían un flujo de agua deficiente que conducía a un aumento de bacterias y algas en varios tanques y piscinas, la reducción de la cantidad de comida, que conducía a una posible desnutrición y deshidratación, y la posibilidad de colocar juntos a animales incompatibles, lo que provocaba lesiones y/o muertes de cetáceos y pinnípedos.
También se les citó por tener un refugio insuficiente para proteger a los mamíferos de la luz solar directa, y por las rutinas inapropiadas y potencialmente peligrosas que se exigían a Tokitae.
El futuro de Tokitae
Hubo algunas noticias alentadoras en 2022, que se cree que fueron impulsadas por el informe. En marzo, el Miami Seaquarium, bajo una nueva dirección, dijo que ya no realizaría espectáculos diarios con Tokitae. Lo que significa que se retiró de la actuación.
Ahora el tanque estaba fuera del alcance de los visitantes públicos, pero aún continuaba siendo su hogar, un espacio que resultaba tristemente pequeño para un animal de su tamaño. ¿Qué le depara el futuro a Tokitae?
En 2022, se creía que tenía 56 años, lo cual es muy avanzada edad para una orca en un parque marino o acuario. Pero no es vieja para una orca en la naturaleza, donde las orcas hembras pueden vivir hasta los 90 años.
La matriarca de la manada L, llamada Ocean Sun, que se cree que es la madre de Tokitae, sigue viva y con una edad estimada de 93 años.
Tokitae continuaba emitiendo vocalizaciones en su idioma nativo de la manada L, y se cree que alrededor de 14 de las orcas que estaban en el área con ella antes de su captura aún estaban vivas. La esperanza era que pudiera ser rehabilitada en un santuario costero y, si se podía restablecer la comunicación con su manada, ser liberada en la naturaleza junto a ellos.
Habría tenido que reaprender nuevas habilidades en el recinto de rehabilitación, como atrapar su propia comida, y se le daría tiempo para recuperar su fuerza y resistencia una vez más.
La Sacred Sea Conservancy, junto con expertos del Whale Sanctuary Project, crearon un plan operativo responsable para llevar a Tokitae de regreso a sus aguas natales en el Salish Sea, en caso de que se decidiera que ese fuera el mejor futuro para ella.
Factores que tuvieron que considerarse en esa decisión fueron su edad y su salud (no solo la suya, sino también la de otras ballenas en caso de que pudiera transmitir infecciones que había adquirido en cautiverio).
Sin embargo, un argumento muy convincente que respaldaba su rehabilitación y liberación era que había demostrado ser una ballena fuerte y resistente para sobrevivir tanto tiempo en cautiverio, y que también mostraría esas características si se reintrodujera en la naturaleza.
En marzo de 2023, los propietarios del Miami Seaquarium anunciaron un “acuerdo formal y vinculante” con el grupo Friends of Toki para iniciar el proceso de devolver a Tokitae a Puget Sound.
Aún no se había publicado un plan detallado (un comunicado de prensa mencionó que se trabajaba hacia la posibilidad de una reubicación en los próximos 18 a 24 meses) y las agencias federales tendrían que aprobar cualquier plan para transportar a Tokitae.
Finalmente, parecía que se estaba dando un paso en la dirección correcta para la orca prisionera.
Pero lamentablemente, en agosto de 2023, su condición empeoró rápidamente y murió, provocando una oleada de tristeza y pesar entre personas de todo el mundo. Lee más al respecto en este artículo de noticias de NBC.
Más información sobre Sacred Sea Conservancy y el Proyecto Santuario de Ballenas.
Inmersión profunda...en las ballenas piloto
La ballena de piloto se encuentra en regiones de todo el mundo y tiene dos especies: la ballena de piloto de aleta larga vive en aguas templadas o más frías, mientras que la ballena de piloto de aleta corta puede encontrarse en aguas tropicales y subtropicales.
Al igual que la orca, la ballena piloto es un rorcual dentado que pertenece a la familia de los delfines (Delphinidae). Es el segundo cetáceo más grande de este grupo, después de la orca, y también tiene el apodo de “pez negro”.
Se cree que las ballenas reciben su nombre porque se cree que las manadas son “pilotadas” por un líder. A veces se les llama “ballenas pothead”, sobre todo en Terranova y Labrador (Canadá). No es de extrañar que este apodo provenga del hecho de que tienen una cabeza globular, que incluye un melón bulboso.
Esta masa de tejido graso, situada en la parte delantera de la cabeza, focaliza y modula las vocalizaciones del cetáceo. También es clave para su capacidad de ecolocalización. Los balleneros pensaban que la cabeza del calderón se asemejaba a ollas o calderos negros, de ahí el nombre de “ballenas cabeza de olla”.
La especie es de color negro o gris oscuro, excepto por una silla de montar clara detrás de la aleta dorsal, y su vientre blanco. Tiene un pico muy ligero y dientes afilados.
Las especies de ballena de aleta larga y de aleta corta tienen un aspecto similar mientras se mueven por el agua, ya que la diferencia de sus aletas no es evidente. La especie de aleta larga suele tener un peso mayor que la de aleta corta y sus cráneos también son diferentes, por lo que el análisis del cráneo es una buena forma de diferenciarlos.
Las ballenas piloto suelen medir entre 4 y 6 metros, siendo los machos de ambas especies más grandes que las hembras. Suelen viajar en grandes manadas matrilineales (a menudo entre 20 y 100 ballenas en cada manada), son muy inteligentes y sociales, y pueden permanecer en su manada de nacimiento durante toda su vida.
La vida media de los machos de ambas especies es de 45 años. Las hembras de ballena piloto viven una media de 50 años y las de aleta corta una media de 63 años.
Las ballenas piloto son conocidos por ser una de las especies de ballenas más dóciles, lo que explica que sea una especie que los parques marinos han querido mantener en cautividad y en exhibición.
Especie veloz
A las ballenas piloto se les suele llamar “los guepardos de las profundidades marinas”, por sus inmersiones a gran velocidad para atrapar a sus presas. Un estudio realizado en las Islas Canarias en 2008 demostró que realizan inmersiones de hasta 15 minutos de duración a una profundidad de 1.000 metros para perseguir y capturar calamares, antes de volver a la superficie para recuperar el aliento.
La autora principal del estudio, Natacha Águila de Soto, dijo: “Hacen inmersiones colosales y deben volver exhaustos. Tienen que pasar un tiempo en la superficie recuperando el aliento antes de emprender un nuevo sprint para atrapar una presa”.
Las ballenas piloto pueden alcanzar una velocidad de hasta 32 kilómetros por hora mientras persiguen a sus presas.
Varamientos
Las ballenas piloto son prolíficos varadores y no se sabe muy bien por qué Las ballenas individuales suelen encallar porque están enfermos o heridos y los encallamientos masivos son más difíciles de entender.
Una de las teorías es que la capacidad de ecolocalización de las ballenas piloto no se adapta a las aguas poco profundas y de suave pendiente (prefieren las zonas más profundas que se adentran en el océano) y que pueden encallar inadvertidamente mientras siguen las fuentes de alimento en la costa, sobre todo en verano.
Como suelen viajar en grandes grupos, puede ocurrir que una ballena se pierda y quede varada, y que otras la sigan para ayudarla y acaben también varadas.
El mayor varamiento de ballenas piloto registrado fue el de unas 1.000 ballenas en las remotas islas Chatham de Nueva Zelanda en 1918. Desde entonces, las islas han sido escenario de muchos más varamientos, lo que las convierte en un punto caliente de varamientos de ballenas piloto.
¿Dónde viven?
Las ballenas piloto se encuentran tanto en zonas costeras como pelágicas (mar abierto).
La ballena piloto de aleta larga vive en aguas más frías, como el Océano Atlántico Norte (por ejemplo, frente a Groenlandia e Islandia), el Océano Pacífico Norte y el Océano Austral (también conocido como Océano Antártico). Se ven ocasionalmente frente a las costas occidentales y sudoccidentales de Irlanda y se encuentran en el Estrecho de Gibraltar
Se ven regularmente en aguas del sur de Australia y Nueva Zelanda y se encuentran en las costas de Sudamérica.
Aunque no vive en los trópicos, se cree que las ballenas piloto de aleta larga transitan por ellos de vez en cuando, conectando poblaciones.
La ballena de aleta corta vive en aguas más cálidas (tropicales y subtropicales), en ambos hemisferios. Son el cetáceo más común en las Islas Canarias, por ejemplo, con una población estimada de 2.000 ejemplares.
Las ballenas piloto son generalmente nómadas, pero existe una población estable y residente de ballenas de aleta corta en el suroeste de Tenerife, y también hay grupos residentes considerables en California, Japón y Hawai. También se encuentran estacionalmente en zonas como el Caribe, las Bahamas, partes de la costa africana, las costas de América Central y del Sur, Oriente Medio, Asia y frente a las costas de países europeos como España y Portugal.
Las ballenas de aleta corta también se encuentran en el sur del Mar Rojo y el Océano Índico. Por lo general, la especie ocupa los bordes exteriores de la plataforma continental, aunque también pueden verse más cerca de la costa.
¿Qué comen?
El alimento principal de las ballenas piloto es el calamar. Ambas especies tienen aproximadamente la mitad de dientes que otros delfines, como adaptación especial para comer calamares. Comen especies de calamares de cuerpo relativamente grande, junto con pulpos y sepias, y peces como el arenque, el bacalao y el rodaballo, en ocasiones.
Las ballenas piloto adultos pueden ingerir hasta 30 kg de comida al día y suelen cazar en grupo, sumergiéndose a niveles mucho más bajos del océano para encontrar calamares.
Población
Se desconoce la población mundial de ambas especies de ballenas piloto, aunque las estimaciones sugieren que podría haber más de un millón de ballenas en total (se cree que hay entre 700.000 y 1 millón de ballenas piloto de aleta larga y entre 200.000 y 300.000 ballenas piloto de aleta corta).
Ambas especies de ballenas piloto están clasificadas como de Preocupación Menor en la Lista Roja de la UICN. Sin embargo, se enfrentan a muchas amenazas y riesgos (véase más abajo), lo que da peso y credibilidad a la protección y conservación de la especie.
Amenazas para las ballenas piloto
La caza
Lamentablemente, en algunas zonas del mundo, los calderones siguen siendo cazados.
Las Islas Feroe, en Dinamarca, tienen una temporada de caza de ballenas todos los años durante los meses de verano, lo que se conoce como “grind”.
Principalmente, las ballenas piloto son acorralados por barcos y agrupados en un semicírculo en aguas poco profundas. Se les obliga a varar, donde se les mata con un profundo corte en la zona dorsal, que secciona la médula espinal.
Las fotos de todos los años muestran las horribles aguas ensangrentadas alrededor de las ballenas piloto y otros delfines muertos. Los cazadores justifican la acción diciendo que se trata de una caza tradicional que ha tenido lugar durante siglos, pero los grupos de defensa de los animales llevan mucho tiempo denunciando que es arcaica, cruel e innecesaria. Por lo general, cada año se matan unos 800 ballenas piloto de este modo; para saber más, consulte este artículo informativo de Newsweek de junio de 2022.
Las ballenas piloto de aleta larga también se cazan en Groenlandia, de forma oportunista, sobre todo en el suroeste de la isla y se cazan desde pequeñas embarcaciones con rifles y arpones de mano.
Las ballenas piloto de aleta corta también se cazan en la pesca de arrastre en algunas regiones del mundo, incluido Japón. Esta especie es una de las muchas especies de delfines que se arrean en Taji (conocida por el documental The Cove) y se sacrifican para obtener su carne.
También se permite la caza de esta especie en San Vicente y las Granadinas (para más información, consulte este artículo de Frontiers in Marine Science de 2021).
Las colisiones con los barcos
Las colisiones con buques suponen un riesgo para los calderones, especialmente en las zonas en las que su movimiento se solapa con las rutas marítimas más transitadas y/o con la actividad de los barcos de recreo y los transbordadores.
Enredos/capturas accidentales en la pesca
Al igual que otras especies de ballenas y delfines, las ballenas piloto pueden enredarse en las artes de pesca y nadar con las artes atadas o quedar anclados (ambas cosas pueden provocar fatiga, comprometer la capacidad de alimentación y, en última instancia, causar la muerte).
Las ballenas piloto también corren el riesgo de convertirse en capturas accidentales en las pesquerías.
Reducción de las fuentes de alimento
La presión pesquera, especialmente debida a la pesca comercial, puede reducir las fuentes de alimento disponibles para todas las ballenas, incluidos las ballenas piloto.
Ruido, contaminación y cambio medioambiental
Al igual que ocurre con otras especies de ballenas, el aumento del ruido subacuático de los buques puede afectar negativamente a las ballenas piloto, modificando su comportamiento normal e induciéndolos a alejarse de importantes zonas de cría o alimentación.
El cambio climático está provocando un aumento de la acidificación de los océanos, lo que tiene un efecto perjudicial para los animales que viven en nuestros océanos. La contaminación también es una gran amenaza para la salud de nuestros mamíferos marinos.
¿Te apasiona la protección de las ballenas? Cinco libros que debe leer...
Si quiere saber más sobre las ballenas y los problemas a los que se enfrentan en todo el mundo, no hay mejor manera de ponerse al día que leyendo un buen libro. Hemos reunido cinco de nuestros títulos favoritos, cada uno de los cuales abarca distintos ámbitos de la concienciación y la protección de las ballenas. Siga leyendo para informarse.
La Ballena Perdida: La Verdadera hHstoria de una Orca Ilamada Luna
Escrito por Michael Parfit y Suzanne Chisholm. Publicado por St Martin’s Publishing Group.
Este apasionante libro es la continuación del lanzamiento del documental The Whale en 2011, narrado y producido por el actor Ryan Reynolds. Los directores de la película, Michael Parfit y Suzanne Chisholm, se encargan de escribir el libro, que recoge la historia de una orca, Luna, que se separa de su manada a una edad temprana.
Las orcas son animales muy sociables y la solitaria Luna no tarda en buscar el contacto humano en la isla de Vancouver (Canadá). Se advierte a la gente que no se haga demasiado amiga de la joven orca, ya que puede acabar haciéndole daño si se acostumbra demasiado a la interacción humana. Sin embargo, es difícil dar la espalda a una criatura que busca el contacto, que quiere que le froten la lengua y que chilla y silba en un divertido juego con la gente. Varios grupos intentan encontrar una solución al aislamiento de Luna, incluida una propuesta para reunirlo con su vaina. ¿Pero saldrá bien el plan?
La Guerra de las Ballenas: Una Historia Real
Escrito por Joshua Horowitz. Publicado por Simon & Schuster.
Este libro, que a veces parece una novela de suspense, se basa en hechos reales. Sigue al abogado Joel Reynolds mientras descubre un sistema de vigilancia submarina dirigido por la Marina de los Estados Unidos, que inunda las cuencas oceánicas con sonidos de alta intensidad.
Joel se asocia con el biólogo marino Ken Balcomb para exponer la verdad detrás de este sistema y la conexión con los varamientos masivos de ballenas. Esto lleva a una batalla judicial de alto riesgo. La historia dará muchos giros y vueltas.
Bajo la Superficie: Orcas, SeaWorld y la Verdad Más Allá de Blackfish
Escrito por John Hargrove. Publicado por Palgrave Macmillan.
Hace casi 10 años que se estrenó el documental Blackfish en 2013. Ha tenido un enorme efecto dominó en un periodo de tiempo relativamente corto. John Hargrove fue uno de los siete exentrenadores de SeaWorld que criticó a la empresa en el documental.
Escribió su propio libro en 2015. En él cuenta la historia apasionante de un niño con el sueño de convertirse en entrenador de orcas y el camino que recorrió para conseguirlo. Durante 14 años, John trabajó con 20 ballenas diferentes en dos continentes y en dos instalaciones de SeaWorld en Estados Unidos. Cada vez se dio más cuenta de que mantener a las orcas en cautividad era perjudicial para los animales y arriesgado para los entrenadores que trabajan con ellas (documenta sus propias y múltiples lesiones físicas por trabajar con ballenas en el agua).
John también cuenta las historias de las ballenas que llegó a conocer y amar durante su tiempo como entrenador de orcas. La difícil decisión que tomó de dejar SeaWorld en 2012, sabiendo que ya no las vería ni las cuidaría, es una parte muy conmovedora del libro. John ha continuado con su defensa del cierre de los parques marinos y anima a los turistas a no visitarlos. Echa un vistazo a un reciente blog que escribió sobre el tema para Peta.org.
La Temporada de Caza de Ballenas: Un Relato Interior de la Lucha para Detener la Caza Comercial de Ballenas
Escrito por Kieran Mulvaney. Publicado por Shearwater Books.
El autor de este libro, Kieran Mulvaney, es cofundador de la Whale and Dolphin Conservation Society (ahora conocida como Whale and Dolphin Conservation). También fue activista y coordinador de cuatro expediciones de Greenpeace a la Antártida para interceptar barcos balleneros y utilizar medios no violentos para detener su matanza de ballenas.
En el libro de 2003 The Whaling Season (La temporada de caza de ballenas) relata esos viajes, combinando la narración personal y la información entre bastidores con una historia más amplia sobre el desarrollo de Greenpeace, la historia de la caza comercial de ballenas y la información científica sobre éstas. El libro también examina las fuerzas que actúan en la política ballenera internacional. Es un libro muy fácil de leer, que es a la vez informativo y conmovedor en su llamamiento a la protección de las ballenas de nuestro océano.
Quizá también le interese leer el artículo de portada de Kieran en el Washington Post Magazine ¿La ballena más solitaria del mundo?
Brazas: El Mundo en la Ballena
Escrito por Rebecca Giggs. Publicado por Simon & Schuster.
Este libro de 2020 comienza con el encuentro de la escritora Rebecca Giggs con una ballena jorobada que había varado y muerto en una playa de su Australia natal.
Es el comienzo de un viaje en el que explora lo que las ballenas significan para nosotros, cómo han logrado sobrevivir a pesar del daño causado por los humanos, y las amenazas que siguen enfrentando debido a nuestra crisis ambiental (la acidificación de los océanos y los contaminantes, por nombrar sólo un par) junto con el enredo en redes, las colisiones con barcos y la contaminación acústica.
Es un libro lleno de conocimientos, ya que Rebecca viaja por todo el mundo para ver y aprender más sobre nuestras variadas especies de ballenas. Y es un placer leerlo con su sentido lírico de la escritura.
Inmersión profunda...en las ballenas azules
La ballena azul (Balaenoptera musculus) domina el océano. Es el animal más grande que ha vivido en la Tierra (sí, más grande que cualquier dinosaurio).
Esta especie puede llegar a medir 30 metros de largo y pesar la friolera de 180 toneladas. Sólo la lengua de una ballena azul pesa tanto como un elefante y su corazón tanto como un coche pequeño.
Pertenece al grupo de las ballenas barbadas y se reconoce como tal por las placas de barbas (en lugar de dientes) que cuelgan de la mandíbula superior y los dos espiráculos de la parte superior del cuerpo. Su aleta dorsal es muy pequeña y está situada muy atrás en el cuerpo.
La ballena azul tiene un cuerpo largo y delgado y recibe su nombre por su coloración azul. Sin embargo, sólo tiene un aspecto azul verdadero bajo el agua. Cuando sale a la superficie, el color es más bien una mezcla de gris y azul. Su vientre tiene un tono amarillento debido a los millones de microorganismos que se instalan en su piel. La ballena azul recibe a veces el nombre de ballena de fondo de azufre debido a este tinte amarillo de su piel.
Por término medio, las ballenas azules viven entre 80 y 90 años. Se calcula que la ballena azul más vieja de la que se tiene constancia (mediante el análisis de los tapones de las orejas) tenía 110 años. Las ballenas azules nadan a una media de 8 kilómetros por hora, pero pueden acelerar hasta más de 32 kilómetros por hora cuando están agitadas.
Las ballenas azules son los animales más ruidosos del planeta, ya que alcanzan unos 188 decibelios. Eso es mucho más que el sonido de un motor de avión (140 decibelios). Los científicos creen que, en buenas condiciones, las ballenas azules pueden oírse entre sí a una distancia de hasta 1.600 kilómetros. Vocalizan para comunicarse con otras ballenas azules y, junto con su impresionante oído, para navegar por las profundidades del océano con un sonar.
¿Dónde viven?
Las ballenas azules prefieren vivir en aguas profundas, templadas y frías. Hay dos razones para ello: tienen una importante capa de grasa que les ayuda a mantenerse aisladas y a la mayoría de sus alimentos también les gusta vivir en aguas frías.
Las ballenas azules se encuentran en todos los océanos del mundo. Suelen ser más comunes en el hemisferio sur (Antártida, aguas australianas y neozelandesas). También hay una población residente en el norte del Océano Índico.
En el Atlántico Norte Ártico, la ballena azul puede ser vista alrededor de Noruega, Islandia, las Islas Feroe, en el sur de Groenlandia y en el sur de Svalbard. También se han visto ocasionalmente en aguas del Atlántico Norte al oeste de Irlanda y Escocia. En 2021, se produjo una gran expectación cuando se avistó una ballena azul frente a la costa de Co Galway, la primera vez en seis años que la especie había sido vista en aguas irlandesas. Puede leer más sobre el avistamiento en este artículo del Irish Post.
En 2021 también se produjo un inusual avistamiento de ballena azul en la costa atlántica de España, tras las identificaciones anteriores de 2017, 2018 y 2020. Las ballenas azules fueron vistas frente a Galicia, donde no se habían visto en 40 años. La especie estaba casi extinguida en esa región como consecuencia de la histórica caza de ballenas. Puede leer más sobre el avistamiento en España en este artículo de The Guardian.
Por lo general, las ballenas azules pasan los veranos alimentándose en aguas frías y luego migran largas distancias a aguas más cálidas (más cerca del ecuador) para la temporada de apareamiento.
La población de ballenas azules del Pacífico Norte Oriental se alimenta principalmente frente a California desde el verano hasta el otoño y luego se traslada al norte, a aguas más frías frente a Oregón, Alaska y el estado de Washington para seguir alimentándose. Durante el invierno y la primavera, migran hacia el sur, a las aguas de México (sobre todo al Golfo de California) y a la cúpula térmica de Costa Rica.
Las ballenas azules se ven ocasionalmente nadando en pequeños grupos, pero es más frecuente encontrarlas migrando solas o en parejas (especialmente con crías). El periodo de gestación de una ballena azul es de 10 a 12 meses y las crías nacen siempre en aguas más cálidas.
¿Qué comen?
Al igual que otras ballenas barbadas, las azules tienen pliegues extensibles (o barbas) que les permiten absorber enormes cantidades de agua y alimento. A menudo se les puede ver realizando rápidos giros con todo su cuerpo para localizar pequeños animales parecidos a las gambas (krill) y coger la mayor cantidad posible.
Tamizan el agua a través de sus pliegues y luego ingieren el krill que queda en su boca. Se creía que las ballenas azules comían entre cuatro y ocho toneladas al día, pero una nueva investigación sugiere que podrían estar comiendo unas tres veces más al año de lo que se estimaba anteriormente. El estudio publicado en la revista Nature demuestra que una ballena azul del Pacífico Norte oriental podría comer entre 10 y 20 toneladas de alimento al día.
Población
La ballena azul fue llevada casi a la extinción por la caza comercial de ballenas en la década de 1900. Una sola ballena azul, con el tamaño que tiene, rinde mucho aceite de ballena, por lo que, lamentablemente, no es de extrañar que los cazadores de ballenas se empeñaran en localizarlas y sacrificarlas.
Se calcula que entre 1900 y mediados de la década de 1960 se mataron unas 360.000 ballenas azules.
La especie está protegida de la caza por la Comisión Ballenera Internacional desde 1966 y hay indicios de que las poblaciones se están recuperando. Es difícil evaluar el número de ballenas azules porque muchas poblaciones parecen ser todavía pequeñas y porque la especie está ampliamente distribuida en aguas de alta mar.
En el hemisferio sur, el tamaño de la población antes de la caza se estimaba en 200.000-300.000 ballenas. Después de que la caza intensiva en la región antártica se cobrara su precio, el número se redujo drásticamente. Se calcula que las ballenas azules eran unas 2.300 en 1998 y que aumentaban entre un 2,4 y un 8,4% cada año.
A nivel mundial, la especie está clasificada como En Peligro en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, y la subespecie antártica está clasificada como En Peligro Crítico.
Amenazas para la ballena azul
Las colisiones con buques
Las colisiones con embarcaciones suponen un riesgo para las ballenas azules, especialmente en las zonas en las que sus movimientos coinciden con las rutas marítimas más transitada por ejemplo, frente a la costa de California y Sri Lanka. Las embarcaciones más grandes y los barcos que viajan a gran velocidad suponen una amenaza de lesión o muerte para las ballenas.
Enredos
Las ballenas azules pueden enredarse en los aparejos de pesca y salir nadando con ellos o quedar ancladas. Si nadan con el arte atado, esto puede causar fatiga y comprometer la capacidad de alimentación.
Sin embargo, los enredos accidentales suponen una mayor amenaza para otras ballenas y delfines que para las ballenas azules. Su mayor tamaño y fuerza les ayuda a soltarse más fácilmente que otras especies. La muerte por enredo es más rara en las ballenas azules, aunque no es inaudita.
Ruido, contaminación y cambio medioambiental
Al igual que ocurre con otras especies de ballenas, el aumento del ruido submarino de las embarcaciones puede afectar negativamente a las ballenas azules, modificando su comportamiento normal e incitándolas a alejarse de importantes zonas de cría o alimentación.
El cambio climático está afectando a nuestro océano y a las criaturas que viven en él. La explotación comercial del krill y el cambio climático que afecta a la distribución de la muerte en nuestro océano tienen un impacto negativo en las ballenas azules. Sin embargo, se necesita más investigación para cuantificar exactamente cuáles han sido los efectos.
Depredador natural
El único depredador natural conocido de las ballenas azules es la orca pero debido al enorme tamaño de la ballena azul y a su capacidad de nadar más que otras ballenas, normalmente son las crías las que son objeto de depredación. Sin embargo, en enero de 2022, se publicó un informe en el que los científicos documentaban el primer caso conocido de una manada de orcas que mataba a una ballena azul adulta.
El maravilloso mundo de las ballenas
La vida de las ballenas es realmente fascinante. Aquí tienes cinco datos que probablemente no sabías.
Las ballenas duermen con una mitad del cerebro despierta
A los humanos nos resulta muy fácil tener períodos prolongados de sueño inconsciente. Cuando nos quedamos dormidos por la noche, no somos conscientes de nuestro entorno durante largos periodos de tiempo.
Sin embargo, las ballenas duermen de forma muy diferente porque su respiración no es automática. Tienen que decidir activa y conscientemente cuándo respirar para mantenerse con vida.
Para ello, las ballenas sólo permiten que una mitad de su cerebro duerma a la vez. La otra mitad se mantiene alerta para seguir respirando (y también es consciente de los peligros potenciales de su entorno). Esto se llama sueño unihemisférico de ondas lentas.
Los científicos han descubierto que las ballenas (y los delfines) sólo cierran un ojo cuando duermen y alternan qué mitad del cerebro duerme cada vez. Cuando duermen, las ballenas suelen permanecer inmóviles en la superficie, respirando con regularidad, o pueden nadar de forma muy lenta y constante justo debajo de la superficie del agua.
En 2008, un equipo de científicos observó que los cachalotes realizaban “inmersiones a la deriva” cerca de la superficie del agua. En otras palabras, estaban durmiendo la siesta en grupo. Los investigadores a bordo descubrieron que los cachalotes pasaban sólo el 7% de su día durmiendo la siesta, en ráfagas de unos 10 a 15 minutos cada vez.
Se puede saber la edad de una ballena por su cerumen
Acceder a información para averiguar la edad de una ballena o un delfín ha sido difícil en el pasado para los investigadores. Pero hay una forma sorprendente de conocer la edad de las ballenas: ¡su cerumen!
En el canal auditivo de una ballena se acumula un denso tapón de cera (especialmente en el caso de algunas especies de ballenas con barbas y en los cachalotes) que crece constantemente a lo largo de su vida. Es como los anillos de los árboles, que se van añadiendo a lo largo de los años.
Estos anillos permiten a los investigadores determinar la edad de una ballena y también ver a qué tipo de contaminantes y tensiones estuvo expuesta a lo largo de su vida.
Para saber la edad de una ballena, el truco consiste en buscar la alternancia de capas claras y oscuras en el material del tapón auditivo. Las capas claras se asocian a los periodos de alimentación y las oscuras a los periodos de migración o cuando la ballena no se ha alimentado.
Por lo general, un año de la vida de una ballena se compone de una capa clara y otra oscura, por lo que los investigadores pueden averiguar cuántos años vivieron las ballenas.
Los tapones se recogen de ballenas que han muerto por colisiones con barcos, varadas o enredadas en artes de pesca.
La tecnología de análisis de los tapones auditivos ha avanzado mucho en los últimos años, aunque sigue siendo un trabajo minucioso. Una nueva técnica de la Universidad de Baylor se utilizó en un único tapón auditivo obtenido de una ballena azul macho que murió por un golpe de barco. Los investigadores pudieron cuantificar los niveles de vida de dos hormonas y 42 contaminantes a partir de este único tapón, una información muy valiosa.
Puedes saber más sobre lo que se descubrió sobre la vida de esta ballena azul en este artículo de 2013 de la revista Smithsonian.
El equipo de la Universidad de Baylor ha seguido descubriendo mucho más a partir de los datos de los tapones auditivos de las ballenas. Un artículo de 2018 analizó los niveles de hormonas del estrés en la cera del oído, mostrando cómo la caza y el cambio climático han afectado a las ballenas. El equipo utilizó muestras de tres tipos de ballenas barbadas, de los océanos Pacífico y Atlántico.
Todavía estamos averiguando por qué algunas ballenas hacen la rotura.
El salto de la ballena es un salto fuera del agua en el que levanta casi todo su cuerpo para dar un gran salto. Es un espectáculo asombroso que no se olvida fácilmente.
Pero todavía no está claro por qué las ballenas saltan. Hay varias posibilidades, como cortejar a otras ballenas, sacudirse los parásitos de la piel o simplemente hacer un sonido chapoteando en el agua (puede que se estén comunicando con otras ballenas, incluso dando una señal de advertencia).
Se han observado crías de ballena que han perdido a sus madres que saltan repetidamente, probablemente para enviar una señal visual y sonora a su madre.
La otra gran posibilidad es que la ballena esté jugando. Puede que no haya ninguna otra razón, aparte de la explicación de que saltar fuera del agua y volver a chapotear es divertido.
Las ballenas pueden vivir más de 200 años
Muchas especies de ballenas viven entre 70 y 100 años. Pero sabemos que algunas ballenas viven mucho más tiempo.
La ballena más vieja que se conoce es una ballena de Groenlandia, con la friolera de 211 años. La ballena había sido cazada para alimentarse por los nativos del Ártico y las pruebas posteriores realizadas con aminoácidos del ojo concluyeron que su edad superaba ampliamente la marca de los dos siglos.
Anteriormente, se estimó que tres ballenas de Groenlandia cazadas en el norte de Alaska tenían entre 135 y 172 años. En esta misma zona de Alaska, los cazadores han informado de que han encontrado puntas de arpón de marfil y de piedra (de ataques anteriores) en la grasa de ballenas de Groenlandia recién matadas. Estos implementos no se habían utilizado desde la década de 1880.
Las orcas a veces se varan para cazar
Cuando una ballena se encalla, suele ser porque está enferma, desorientada, herida o moribunda. No es algo que una ballena sana suela hacer, ya que es un movimiento arriesgado si se queda atascada y no puede volver a la seguridad del agua.
Pero la ballena orca está dispuesta a correr el riesgo en ocasiones. En la Península Valdés, en Argentina, un pequeño grupo de orcas se lanza fuera del océano para capturar y matar a las crías de león marino que habitan en la playa. La actividad tiene que ser cuidadosamente sincronizada con la llegada de una ola a la playa y se trata de situarse en la posición correcta a la velocidad adecuada.
Es un movimiento sorpresa, para tomar a los leones marinos desprevenidos. La orca pretende atrapar con éxito a su presa y luego coger la siguiente ola de la playa. Una playa empinada y con guijarros les ayuda a rodar de vuelta al agua.
Los turistas pueden ver esto desde un mirador en Punta Norte, en la Península Valdés, aunque es importante señalar que hay una ventana muy corta para avistarlas cada año.
La temporada alta en la que las orcas cazan de esta manera es de 10 a 15 días, generalmente en marzo o abril. Es cuando las crías de león marino están aprendiendo a nadar. El tiempo de ataque es sólo dos horas antes y dos horas después de la marea alta.
Este comportamiento de alimentación se documentó por primera vez en 1976 y los científicos creen que es un comportamiento aprendido más que instintivo.
Vea este magnífico vídeo de Associated Press que muestra a las orcas en acción.
Inmersión profunda... en los rorcuales comunes
El rorcual común es el segundo animal más grande del planeta, después de la ballena azul. Recibe su nombre de una aleta distintiva que se encuentra a unos dos tercios de su espalda. Los rorcuales tienen un cuerpo estilizado y elegante con una cabeza puntiaguda (rostrum).
Pertenecen al grupo de las ballenas barbadas y, en concreto, al subtipo rorcual, que también incluye a las ballenas azules, las ballenas jorobadas, las ballenas sei y los rorcuales.
Los rorcuales tienen una coloración muy particular: son de color gris oscuro en el dorso y claro en la parte inferior. Tanto el vientre como la parte inferior de las aletas son casi blancos. Incluso la coloración de su cabeza es muy asimétrica: su lado izquierdo es gris oscuro y las partes inferiores del lado derecho son blancas y brillantes.
Muchos rorcuales tienen “chevrones” de color gris claro que comienzan justo detrás del espiráculo y continúan a lo largo de la parte posterior del cuerpo en forma de V ancha.
Y hablando de espiráculos, el rorcual común produce un alto soplo en forma de columna que puede alcanzar los seis metros de altura. Una señal reveladora para detectarlos en el agua.
A esta especie se le llama el “galgo del mar” por una buena razón. Los rorcuales comunes pueden navegar a una velocidad de hasta 15 kilómetros por hora y pueden acelerar en breves ráfagas de velocidad de hasta 28 kilómetros por hora.
Su vida es de 80 a 100 años y su peso medio es de 40 a 80 toneladas.
En el lado tímido
Los rorcuales comunes son generalmente solitarios o se encuentran en parejas. Rara vez se les encuentra en grupos grandes. Esta especie tiende a mantenerse alejada de los focos. Rara vez se abren paso o saltan y evitan sacar la aleta caudal del agua durante gran parte del tiempo.
En los primeros tiempos de la caza de ballenas, la velocidad del rorcual común en el agua lo convertía en un objetivo difícil para los cazadores. Pero a medida que los barcos se hicieron más rápidos y las herramientas de caza evolucionaron, esa ventaja desapareció.
La especie fue cazada sin descanso por su aceite, su carne y sus barbas, y se cree que se sacrificaron cientos de miles de animales. Lamentablemente, el rorcual común sigue siendo cazado en algunas partes del mundo.
Se calcula que la población mundial es de entre 50.000 y 90.000 ejemplares. Es difícil dar una cifra concreta, ya que pasan mucho tiempo en aguas oceánicas y es menos probable que se les vea. El rorcual común está catalogado como especie en peligro o vulnerable en varias regiones.
¿Dónde viven?
Los rorcuales comunes suelen encontrarse en mar abierto y no en aguas costeras. Al igual que otros grandes cetáceos, los rorcuales comunes migran entre las zonas de alimentación y reproducción. Sus movimientos estacionales son menos predecibles y conocidos que los de otros rorcuales. Todavía hay mucho que aprender sobre cómo vive esta especie.
Se pueden encontrar poblaciones de rorcuales comunes residentes en algunas partes del mundo, como el Golfo de California en México, el Mar de China Oriental (frente a Japón) y el Mar Mediterráneo.
Los rorcuales comunes prefieren aguas más frías, por lo que no los encontrará en aguas tropicales a corto plazo. Se cree que la mayor población se encuentra en el Atlántico nororiental, donde se calcula que viven entre 25.000 y 30.000 rorcuales comunes.
Las aguas más frías donde se les ve en todo el mundo son las que rodean a Argentina, Irlanda, Canadá, Noruega, España, Groenlandia, Islandia, Brasil, Dinamarca, Chile, Perú, Ecuador, Estados Unidos y Marruecos, entre otras.
¿Qué comen?
Al igual que otras ballenas barbadas, los rorcuales comunes tienen pliegues extensibles que les permiten tomar enormes cantidades de agua y alimento.
Pasan varias horas al día alimentándose y se alimentan en embestidas, lo que significa que ruedan sobre sus costados con las bocas abiertas para tomar el alimento.
A continuación, tamizan el agua a través de sus barbas antes de ingerir su sabrosa captura. Los rorcuales consumen hasta dos toneladas de krill al día, además de pequeños peces y crustáceos.
Amenazas para los rorcuales comunes
Las colisiones con barcos
La caza de ballenas fue en su día la mayor amenaza para los rorcuales comunes, pero ahora la amenaza más generalizada son las colisiones con barcos. Esto es especialmente cierto en el Mar Mediterráneo. Desde 2014 se realiza un estudio anual de la agregación estacional de alimentación de los rorcuales comunes frente a la costa catalana (España).
Su conclusión es que las colisiones con barcos representan la mayor amenaza para la conservación de los rorcuales comunes en el Mediterráneo, con al menos cuatro rorcuales comunes encontrados muertos en el puerto de Barcelona desde 1986 debido a colisiones con barcos. Se han documentado siete ballenas vivas con lesiones en el área de estudio desde 2018.
Ruido
Los rorcuales comunes son uno de los animales más ruidosos del océano con una frecuencia de sonido de hasta 196,9dB. Cuando hay ruido submarino de competencia de los buques, puede afectar negativamente a las poblaciones de rorcuales comunes que cambiarán su comportamiento normal y se alejarán de las zonas importantes de reproducción o alimentación.
También es posible que la exposición prolongada al ruido aumente las posibilidades de que un rorcual se desoriente y/o varíe.
Cambios en el medio ambiente
Los rorcuales comunes se ven afectados por el cambio climático, que puede provocar tanto la pérdida de hábitat (a medida que las aguas se calientan) como la falta de alimento para los rorcuales. Los plásticos y microplásticos en el océano suponen una amenaza para las ballenas, junto con todos los demás mamíferos marinos y peces. Al igual que los contaminantes químicos que entran en el ecosistema acuático.
Los cambios en la temperatura del agua y las corrientes pueden afectar al momento en que se producen importantes señales ambientales para las ballenas, como el momento en que salen a alimentarse o migran para reproducirse.
Enredos
Al igual que otras ballenas, los rorcuales comunes pueden enredarse en las artes de pesca. Pueden quedar anclados y morir o nadar con el arte (lo que a menudo causa fatiga, compromete la capacidad de alimentación o lesiones graves, y en última instancia puede conducir a la muerte).
Depredadores naturales
El único depredador natural conocido delos rorcuales comuneses la orca, pero debido al gran tamaño de los adultos, suelen ser las crías el objetivo de la depredación.
Inmersión profunda... en las Orcas
La Orca (nombre científico: Orcinus orca) está clasificada como ballena dentada por su suborden. Sin embargo, su familia específica es Delphinidae, lo que convierte a las especies en delfines oceánicos.
Si se observa con atención, se verá el parecido con los delfines, ya que las orcas tienen una cabeza bulbosa con forma de pico y un cuerpo compacto. Esto las hace aerodinámicas y eficaces en el agua.
Es posible que conozca a esta especie por el desafortunado apodo con el que ha sido etiquetada, “ballena asesina”. Se dice que ese nombre lo acuñaron los marineros que vieron a las orcas depredando a otros mamíferos marinos y las llamaron “asesinas de ballenas”, que luego se transformó en “orcas”.
Las orcas se caracterizan por ser blancas y negras y tener una gran aleta dorsal. Miden entre 6 y 8 metros de largo y pueden pesar hasta 6 toneladas.
La vida media de los machos de orca en libertad es de unos 30 años, pero pueden llegar a vivir hasta los 60 años. Las hembras suelen vivir unos 50 años, pero pueden llegar a los 90 en libertad.
¿Dónde viven?
Las orcas se encuentran en todo el mundo. Son más abundantes en aguas frías, como las de la Antártida, Noruega, Islandia y el noroeste del Pacífico (frente a las costas de Alaska, Canadá, el estado de Washington, etc.). Pueden ser vistos en mar abierto, normalmente cuando migran, pero se encuentran más a menudo en aguas costeras.
Además de los hábitats en aguas más frías, también se han visto orcas en zonas de aguas cálidas como Australia, las Islas Galápagos, California, las Bahamas y el Golfo de México. Y también se las encuentra en aguas más templadas, como Sudáfrica y Nueva Zelanda.
También se ven orcas en los meses de verano (junio-septiembre) en el Estrecho de Gibraltar, en el extremo del sur de España, donde se alimentan de atún azul en las aguas. Y a veces se las ve frente a la costa occidental de Irlanda y Escocia.
Se calcula que hay 50.000 orcas en todo el mundo.
Criaturas inteligentes y sociales
Las orcas tienen el segundo cerebro más grande de todos los animales (después del cachalote), con un peso de hasta 15 libras.
También son increíblemente culturales, ya que enseñan a sus crías técnicas de caza y se enseñan idiomas complejos entre ellas. Su capacidad de biosonido, o ecolocalización, es realmente impresionante.
Las orcas emiten sonidos que viajan bajo el agua hasta que encuentran objetos, y luego les devuelven el eco, revelando su ubicación, forma y tamaño. Todavía queda mucho por descubrir sobre el funcionamiento de la ecolocalización en las orcas.
Las orcas también son increíblemente curiosas, juguetonas y tienen capacidad para resolver problemas.
Son muy sociables y se sabe que viajan hasta con cuatro generaciones. Estos grupos son muy estables y matrilineales. Una orca hembra da a luz a una cría cada tres o diez años. Es en parte debido a este lento periodo de reproducción que la especie tiene problemas para repoblarse.
¿Qué comen?
Algunas orcas sólo comen pescado, mientras que otras cazan otras presas, como focas, delfines, pingüinos o incluso tiburones o ballenas más grandes (se trata de una larga tarea para las orcas que implica muchas horas de esfuerzo y la caza en grupo).
Amenazas para las orcas
Enredos
Las orcas corren el riesgo de enredarse en las artes de pesca. Cuando esto ocurre, pueden ser arrastradas u obligadas a nadar con los aparejos atados durante largas distancias o pueden quedar ancladas en el lugar y no poder alimentarse. La muerte es un riesgo muy real cuando los cetáceos están fatigados, incapaces de alimentarse y/o gravemente heridos.
Perturbación de los barcos y el sonido
Las orcas utilizan la ecolocalización para comunicarse con otras ballenas, para alimentarse y para orientarse. El ruido de los buques, así como de las actividades militares e industriales, puede interferir en su ecolocalización.
Cuando hay barcos, las orcas cazan menos y necesitan viajar más. La colisión con los buques puede causar lesiones graves y/o la muerte a todos los mamíferos marinos, incluidas las orcas.
Cautividad
Las orcas son animales muy inteligentes y sociales y cada vez está más claro que las orcas no prosperan ni sobreviven bien en cautividad, como parte del entretenimiento de los parques marinos. Los resultados para los animales pueden incluir una vida mucho más corta, el aburrimiento, el estrés, la ansiedad, la automutilación, los mortinatos y las enfermedades.
En 2013, el documental Blackfish contó la historia de varias ballenas mantenidas en cautividad. Se centra especialmente en una orca capturada en estado salvaje llamada Tilikum que estuvo implicada en la muerte de dos entrenadores del parque marino. La película incluye testimonios de especialistas en cetáceos y de antiguos entrenadores de SeaWorld que sostienen que el estrés de Tilikum por su cautiverio provocó directamente su agresividad.
Falta de alimento
La sobrepesca y la pérdida de hábitat provocan directamente una reducción de la cantidad de presas disponibles para muchas orcas. Las investigaciones demuestran que sin suficiente alimento, las orcas tienen más probabilidades de experimentar una disminución de las tasas de reproducción y un aumento de las tasas de mortalidad.
Contaminantes
Nuestro océano está cada vez más contaminado, como resultado del aumento de la industrialización y del impacto de la actividad humana. La contaminación química (procedente de plantas de tratamiento de aguas residuales, desagües, vertidos de gasóleo y petróleo y aplicaciones de plaguicidas) entra en las aguas del océano y tiene un efecto en toda la cadena alimentaria, empezando por la parte superior con especies como la orca.
¿Qué es la observación responsable de cetáceos?
A medida que ha aumentado el interés por la observación de cetáceos, se ha desarrollado una conversación en torno a lo que es la observación responsable de cetáceos. ¿Qué es exactamente? ¿Y qué debería buscar en un operador de avistamiento de cetáceos?
La observación de ballenas, como actividad organizada, se remonta a la década de 1950 en Estados Unidos. Ahora se realiza en más de 120 países del mundo.
Se calcula que unos 15 millones de personas participan en la observación de ballenas cada año, saliendo en barcos para observarlas (a diferencia de la observación en tierra).
Primero no causar daño
El objetivo del avistamiento de cetáceos es observar ballenas y delfines en su hábitat natural. Lo último que debería hacer un barco de observación de cetáceos es interferir en su comportamiento natural, incluyendo la capacidad de alimentarse, descansar y criar a sus hijos.
Mantener una distancia respetuosa y no invadir el espacio de una ballena es realmente importante para que el animal no se estrese. También garantiza que no se produzca ninguna colisión entre la embarcación y la ballena. Es vital que no se produzca ningún contacto físico (tocar o alimentar) entre la ballena o el delfín y los observadores humanos.
En última instancia, debe dejarse que el animal determine la naturaleza y la duración de las interacciones en la medida de lo posible.
Mantener el silencio
Las ballenas y los delfines son muy sensibles al ruido, sobre todo porque interfiere con su ecolocalización altamente sintonizada. La utilizan para comunicarse con otros cetáceos, navegar y localizar fuentes de alimento.
Por desgracia, al igual que los humanos han creado contaminación física en el mundo, también están creando ruido en el océano. Los niveles de pesca y navegación se han duplicado en las últimas décadas, creando algo llamado smog acústico.
Durante las excursiones de avistamiento de ballenas, es importante que el ruido de las embarcaciones sea mínimo. Idealmente, se utiliza un sistema de propulsión silencioso en lugar de un ruidoso motor diésel.
Un estudio realizado en Australia Occidental en 2020 descubrió que el ruido repetido de los motores de las embarcaciones de avistamiento de ballenas podría estar afectando a las madres jorobadas y a sus crías durante sus largas migraciones al Antártico.
Los investigadores descubrieron que, a medida que aumentaba el ruido de los motores, las madres pasaban menos tiempo descansando, su respiración aumentaba y nadaban más rápido.
Mayor comprensión de las necesidades de conservación
El avistamiento responsable de ballenas se centra en la educación sobre las ballenas y los delfines, en lugar de priorizar el entretenimiento para los humanos. Crear conciencia a través de los individuos ayuda a la sociedad en su conjunto a priorizar la conservación y protección de los cetáceos de nuestro océano.
Todos podemos desempeñar un papel práctico para garantizar que nuestro océano sea un lugar saludable. Esto beneficia a los mamíferos marinos y también contribuye a una tierra más sana. Aprender más sobre esto durante un viaje de avistamiento de cetáceos es una forma tangible de que el avistamiento de cetáceos puede ser una fuerza para el bien.
Trabajar con las comunidades
En algún momento de la historia, la industria ballenera fue una de las mayores del mundo. Muchas comunidades costeras de todo el mundo se dedicaban a la caza comercial de ballenas, es decir, la caza masiva y la matanza de ballenas para producir bienes para el consumo humano. La demanda de estos productos era tal que varias poblaciones de ballenas estuvieron a punto de extinguirse.
Afortunadamente, se ha producido un enorme cambio cultural en la mayoría de los países del mundo (con la excepción de Japón, Islandia y Noruega), que han dejado de considerar a las ballenas como mera carne para explotar. Ahora, la mayoría de la gente ve los beneficios de apreciar a estos maravillosos animales sintientes.
El avistamiento de ballenas puede aportar oportunidades de empleo y turismo sostenibles a las comunidades costeras. También fomenta un sentimiento de orgullo y administración entre las personas que viven allí.
Contribución a los datos sobre las ballenas
Desde un punto de vista pragmático, los operadores de avistamiento de ballenas suelen observar los mismos o diferentes animales durante un periodo de tiempo, por lo que es muy probable que se den cuenta de cualquier ballena o delfín herido o enredado, y puedan dar la alarma para pedir ayuda cuando sea necesario. A menudo, los operadores de avistamiento de cetáceos colaboran con los investigadores compartiendo los avistamientos o los datos de sus embarcaciones, lo que resulta útil para comprender mejor cómo viven los cetáceos.